Pasajero

17:10 Edit This 0 Comments »

Afuera todos caminan como siempre, claro que hoy no quiero ser parte de sus vidas, prefiero ser invisible.
He creído durante tanto tiempo en la influencia que puedo llegar a tener en la vida de ellos que prefiero no opacarlo hoy, esconderme aquí y fingir ser parte de la ventana para que allá a fuera ni aquí dentro puedan pensar algo de mí. Prefiero pensar que el caballero que cruza rápidamente la calle no me miró fugazmente como a una persona, si no como parte del paisaje que obligadamente hay que observar en la calle para luego olvidar. Prefiero pensar que la señora con la bolsa no me odia por ir ella parada y yo en el asiento donde perfectamente podría ella ir descansando de la larga jornada laboral.
Mi vista se apago como si viera en blanco y negro, o como si todo fuera gris. No tengo pena, sin embargo, hoy no tengo ganas de ser parte de la vida del resto, mejor ser invisible.
Este aparato se detiene, intento observar a la multitud sin que me vean. Supongo que alguno de esos rostros esconde detrás una culpa: quizá la señora un infidelidad, o el joven escolar un día de cimarra, o quién sabe si el gordo barbudo un asesinato.
Aquella muchacha no tiene rostro, sólo tiene cabeza, pero su cara no dice nada y eso es no tener rostro. Creo que guarda algo, al igual que todos, al igual que yo, pero su "cara" no dice nada, algo muy terrible quizá, o tal vez tengo mucha imaginación y simplemente el chofer quiere dejarme luego en mi destino y a los demás también, rápido, porque debe llegar temprano a casa y tiene mucha pena, pero que lástima que justo hoy no lo haya saludado como todos los días, preferí darme el gusto de hacerme la invisible.
Ya me agoté, hoy es un día en que no soy nadie, ni para mí ni para ellos, que egoísta, por favor. Me cansé de mirar, puedo cerrar mis ojos ¿verdad? fingiré dormir, como hace el señor de mi lado para no dar el asiento, aunque no sé por qué lo hago.
Puedo escuchar; detrás mío los adolescentes que ríen y celebran sus hazañas; nadie quería saber que él la llevó a su casa... pero tuvimos que escucharlo.
A nadie le importa saber que la señora de adelante está harta del alcalde y el gobierno que descarado, mi dios, ella quiere que todos lo sepan, pero no queremos escuchar a una mujer que se la comieron los años para digerir a una vieja con arrugas asqueada del mundo y sin ganas de la vida.
Después: silencio. A lo lejos alguien habla. ¡Cállense! quiero escuchar.
Pobrecita, su novio la dejó, no puedo creértelo, ese fue con esa perr... a no, por supuesto que no, él dijo que te quería con tus virtudes y defectos, aunque fueras manipuladora, celosa, descuidada, criticona, escrupulosa, arrogante, peleadora, egoísta, aburrida, dominante, y quisieras llegar virgen al matrimonio... desgraciado; no llores, que se vaya con "la otra".

Basta, ya no quiero ser invisible, no soporto esto. Abro los ojos mejor, pero... ¡no! yo me bajo aquí, acabo de pasarme. Toquen el timbre, por favor. ¡Abra la puerta! debo integrarme al mundo, debo integrarme al mundo, debo hacer algo por el mundo.