Latinoamérica unida

14:02 Edit This 0 Comments »
Cuando era tan solo una niña escuche alguna vez decir a alguien palabras lindas, creía que era un sabio; una niña piensa esas cosas cuando no se da cuenta y no sabe lo que pasa. Quizás gracias a esa persona soy lo que soy, o quizás gracias esa persona pienso como pienso…

Mi querida tierra, situada entre el océano Atlántico y Pacífico. ¡Cuánto te quiero, tierra de donde vengo! Porque mi raza no la cambio, y porque mi raza no la vendo.
No sé si ellos, pero yo no escogí donde nacer, hubiera destinado toda mi suerte, pero doy gracias al cielo por estar aquí, y por ser parte de esto.
Quién mas que nosotros posee la humildad misma en cada rincón, quién mas que nosotros tiene la alegría de no tener el mundo entero a nuestros pies, sino la esperanza de ser feliz en nuestras manos. No existe nada mas maravilloso, ¿acaso no lo ven? ¡Somos la unión! La unión de un pasado que se juntó por el único propósito de conseguir aquella libertad robada. ¿Quiénes eran ellos? No tenían derecho, no tenían poder; tanto sufrimiento, tanto dolor…. ¿El dinero podría justificarlo? Nada podría justificar el dolor cuando se hiere tan profundamente a una cultura, no somos más que hermanos, ya se llevaron todo lo que querían. Déjenos nuestra tierra, déjenos la alegría de querer vivir sin otro propósito que el de disfrutar la vida. Algún grito de libertad se pierde entre las playas y el viento que roza nuestras caras con aires de humildad.
Colón se apellida, sé que no era lo que deseaba, ¿pero que ha hecho? El pasado no será sólo pasado, sino, será él quien hará más fuerte a un pueblo que sangra.
Si dijera que todo comenzó en 1492 mentiría, esto viene de más; es verdad, comenzó algo importante, pero cuando un pueblo esta herido ruge aún mas fuerte.
No olvidaremos a nadie, están todos invitados; los mas pobres, los mas ricos; los mas grandes, los mas chicos; los negros o los mas blanco; que nadie se quede afuera, celebremos juntos que somos Latinoamérica.

Quizás es mi orgullo más grande, o algo por lo que lucho cada día, no quiero sonar repetitiva, pero por nada te cambiaría.

Si pudiéramos juntarnos alguna vez y formar el pueblo que lucha por la libertad de su tierra y el dominio absoluto de lo que es su felicidad, no sé lo que ustedes opinen, pero para mí, que sueño más maravilloso el de que alguna manera lograría el destino de miles de personas por un futuro solidario.

Pero no me cansaré, y no callaran mi voz. Lo que busco no es eso, sino que a mí voz se unan miles, que ese grito ensordezca a una sociedad planetaria que jamás nos haga callar. Gritemos juntos sin vergüenza alguna, riamos todos del ridículo de aquellas potencias mundiales sin raza ni cultura; tendrán más dinero, tendrán mas poder, pero el cielo esta de testigo de que su carencia de pasión que los anime a luchar los hundirá en el pozo mas hondo, y, jamás podrán levantarse.

Y quédense solos con su violencia, quédense con su egocentría, que cada vez gritaremos más fuerte. ¡Latinoamérica unida!

Epílogo creciente

19:55 Edit This 0 Comments »
Del parrón nacen las uvas prontas al vino
y miles de pasas permanecen calladas.

Querer al diente duro de leche ver
y una lengua mojada a oscuras,
como el jugo de venas que esconde la piel
y las cicatrices que suenan en las muñecas.

El lienzo de alegría que tiñó el cielo
azúl como el mar y blanco
como del paraíso el sendero.

Del parrón nacen las uvas prontas al vino
y miles de pasas permanecen calladas.

La cintura suelta, fugitiva y cantora
del ritmo autista perdido en el viento,
suena la cuna que mese vacía
y crece la niña que baila tranquila.

Un paso al frente el obrero,
abran paso al supremo hombre
que se asemeja a un carpintero.

Del parrón nacen las uvas prontas al vino
y miles de pasas permanecen calladas.

El gato duerme en brazos de las arrugas
que ausentan la criatura lejana,
en un camino desangrado de lágrimas,
peludo silencio de lenguas calladas.

Los dedos al cuento que acarician
una flor de tallo y hoja,
con una espina de vida rota.

Del parrón nacen las uvas prontas al vino
y miles de pasas permanecen calladas.

La casa abandonada

19:35 Edit This 0 Comments »




Paredes huecas, vacíos oscuros
con más de una tela de araña
y el triste vacío que dice
que no quiere visitas
porque no quiere que pisen
sus viejas reliquias.

No tan muerto el esqueleto
que guardan sus secretos
de uñas rotas,
y pelos cortados.
No quieren morir los huesos
del viejo conocimiento
que esconde secretos
retenidos con el tiempo.

El eco de esta casa no habla
porque no queda n las cuatro paredes
que juraron guardar silencio.
Quedan tres hermanas,
ya mudas con el tiempo;
le cortaron la lengua a los muros
que sangran sin sufrimiento.

Aún no secan las gotas de sudor
caídas en el suelo
y la sangre parece vino
del que quisiera beber.

Un rayo de luz entra
por hoyos en el techo
a lo lejos suena
alguna canción de cuna.

Un cuarto oscuro no me permite avanzar
con una puerta cerrada
y un candado abierto.
No puedo saber que hay ahí dentro,
prefiero retroceder
y luego detrás de mí un muro
que no me deja mover.

Quedo atrapada dentro de la choza
a la que no debí entrar
porque aún está enojada
y no podré escapar.

Triste y sierto.

15:23 Edit This 0 Comments »
Cuando llegó el profesor a la sala todos callaron, agacharon la cabeza y dieron media vuelta para sentarse. Las clases transcurrieron normales, con Agusto liderando la primera fila, delante el profesor.
Terminó la hora se ciencias naturales; pasaron 3 minutos.
- Te salvaste hace un rato pero al almuerzo no te salvas - dijo desde un rincón uno de los alumnos del 8ºC.
Agusto permaneció en silencio y sintió como se le elaba la frente de sudor. No tenía voz para defenderse, ni pies para patalear, ni mucho menos actitud para enfrentarlos. Aún quedaban dos horas, ¿qué iba a hacer? Nada, no podía hacer nada. O tal vez...
- Profesora tengo mucho miedo.
- Qué pasó, a ver cuénteme.
- Mis compañeros me molestan y en el almuerzo quieren pisarme entre todos para ver hasta que punto resisto.
Listo. Ya había hecho algo, ahora debía esperar para ver qué hacía su profesora al respecto.
Llegó la hora, todos en sus marcas.
- ¡oie! - Llegó una bola de papel en su cabeza - te tocó. ¡párate!
Obedeció en silencio.
- Vamos estúpido, todos queremos patearte la cara.
El ambiente era tenso y los alumnos disfrutaban de aquel momento cruel, querían que llegase su turno.
Justo cuando iban a comenzar, entre burlas y chistes pesados, entró Carmen, y Agusto no había persibido que su profesora estuvo todo el tiempo detrás de la puerta.
- Ustedes cinco vengan conmigo ahora mismo.
Quedó todo en un brutal silencio, el que dio tiempo al niño para pararse y volver a su puesto. No sabía qué pasaría; si por consecuencia se agravaban más los hechos, o por fin estría tranquilo.
Después de una hora llegaron los 5 niños, que desde ese momento se convertían en ex alumnos del colegio A-7.
- Ya verás imbécil, no cantes victoria antes de tiempo.
Fue suficiente para hacer a Agusto arrepentirse de inmediato de su valiente azaña.
- Quico estúpido llorón, ten cuidado.
Y era verdad que ni con todo el dinero que éste poseía compraría la rabia de sus ex compañeros.


A una semana de lo ocurrido, Agusto no estaba tranquilo; el chofer lo dejaba y lo retiraba fuera del colegio, pero no era suficiente para acabar con la opresión que sentía en el corazón.
Sonó el timbre y los alumnos del colegio comenzaron a salir. Qué lástima que Agusto fuera uno más dentro de la multitud y que nadie haya notado cuando desapareció.
- Déjenme porfavor.
- Llama por teléfono a tu papi que vendrá corriendo; o perdón, enviará a uno de sus choferes.
- Deja de llorar - dijo otro.
La verdad era que donde estaban nadie iba a escucharlo.
Entre las calles más solas de Santiago quedó el pobre Agusto, con un diente menos y la mano izquierda completamente inmóvil. Su cuerpo estaba demasiado débil.
Alguien lo vio y lo llevó a su casa.
¡Qué horror! En qué andaba metido el hijito. Al hospital.
- Señora, yo no sé si usted sabe lo que le pasó a su hijo - dijo el doctor - pero a recibido duros golpes en todo el cuerpo y me temo y no podrá usar jamás la mano izquierda, tiene una lesión muy grabe.
¡pero cómo!
Así simplemente. Sin mano, sin compasión, y sin colegio.
- Agustito no quiere volver al colegio. Es tu culpa, nuestro hijo no nació para un colegio municipal cualquiera - dijo la madre al padre.

Así comenzó una nueva etapa, nueva vida. Amigos; no nuevos amigos, sólo amigos. Ya no era el niño solo, motivo de burlas. Era otra edad, qué mejor momento para volver a empezar. Favorecido por su incapacidad, por su única mano derecha, la misma que lo volvió el chico más prepotente.
Crecer sirvió para darse cuenta de muchas cosas, y hubiese querido advertir a los casi adolescentes de octavo básico que herir tan profundamente a alguien puede traer malas consecuencias; Agusto tenía odio dentro de si y no era el mismo. Es peligroso jugar cruelmente con una persona, sobre todo si esta persona nació destinada al poder.







... Hay un diablo que se llama Agusto ...



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Relato de polvo

18:25 Edit This 1 Comment »
Y si es que algún día vuelves y miras atrás,
me encontrarás en silencio, fingiendo.
Podrás verme leyendo, una y otra vez tu carta
la misma que me hizo pensar que me estabas queriendo.

Tu foto es como borrosa y ansiosa
de saber por qué, de saber en qué pensabas.
Tenía claro que te ibas, pero llegaste
yo sabía que estabas perdido, y tú
jamás entendiste que era lo nuestro un mal camino.

Te pensé trabajando, luchando;
te vi de noche aún con las manos sangrando;
pero cantaste para mí la más linda canción
y era de amor la canción, la que sonaba en el fondo.
Cuando vino la tristeza, le dije tus palabras
mientras la voz se me quebraba con tus versos
le leí mil veces tu carta.

Si miraras atrás quizá verías
cuando me decías te amo y yo
creía que en el fondo me esperabas como decías.
Encontrarías el pasado y recordarías
tu piel en forma de piel,
y la mía por primera vez latiendo a sangre caliente
feliz de tenerte, y saber que iba a perderte.
Ibas a dejarme porque sabía que sabrías
que te equivocabas en el ajeno del tiempo
y la luna se burlaba mientras yo volvía a manosearla
como lo hizo Pablo hace unos años
y contaba las estrellas como besos en tu cara.

No eres capaz de mirar atrás porque sabes que erraste
y jamás debiste llegar, porque no llegaste.
Y si miras atrás describirás que
mi corazón te recuerda, como santo, sin rencor
limpio de sed de olvidarte.

En los años que jugamos a querenos aprendimos
muchas cosas que ya no están, mas que detenidas
por el reloj del tiempo, que se detiene
fingiendo normalidad.
No eres un número, pero el te cierra la boca
sacando de ella callada
la más linda nota.
Fueron años, escondido y yo sabía de ti,
porque nadie más te vio llorar;
Y te fuiste, y me dejaste con un beso
que se queda en tu mente, cuando vuelvas de trabajar.