QueMilesDeFloresAlcancenPlenitud

Que el triste final se carca mi vida,
que en mi camino me duelas si te pienso.

No quieri llorarte ninguna vez más ahora;
deseo sentirte, compañero,
hoy tengo ganas de amarte.

La felicidad lamento haber esperado sin saber
y me gusta que la ternura invada mi ser.
Podría decir que te recuerdo como la melancolía
de saber que de otra dependías.

El final se acerca, próximo comienzo;
lejos no estás y lejos no te siento.

Estarás uizas con otra o tal ves estás feliz,
te busqué y podré yo morir feliz, aunque de pena muera.

Recordarás mi nombre cuando duermas
y me gustaría ver cuando sonrías.

Y aunque me ahogue en sollozos pensándote,
no lloraré hasta ver comenzar mi final feliz.
Cuando el crepúsculo acabe,
y el alba jamas llegue; seremos uno...

Se levantaba cada mañana y ahí estaba mirándolo fijamente, llena de pelusas. Salía de su cuarto y parecía como si lo siguiera con la mirada; cuando volvía a entrar, más rojos estaban sus labios para hacer notar su sonrisa. Compartía con ella cada una de sus intimidades, sus secretos más ocultos.
Creció pensando que dentro de aquella muñeca se encontraba alguien observándolo; grandes ojos fijos que se situaban en los suyos como un imán.
Comenzó la época de colegio y no hubiese soportado no verla tan seguidamente como de costumbre pero tendría que hacerlo, no se ve muy bien un hombre con una muñeca en la mochila; que lastima que no se acostumbró.
Necesitaba su celestial mirada para sentirse seguro en ese mundo en el que se aventuraba, y sin dudarlo, le arrancó los ojos. Aquellos grandes luceros se veían vacíos sin el contexto al cual pertenecían, pero su vida dependía de ellos.
Desde ese día, fue lamentable levantarse cada mañana y no ver su muñeca observándolo; sólo era una muñeca, y solos estaban los ojos en algún lado mirándolo.
Cargaba aquel par de ojos celestes siempre con él, a donde fuera, pero su habitación estaba oscura, con una muñeca sin vista que no podía ver sus secretos, y aún así, sonreía.
No soportó ver sus labios con cierta ironía, como si ella estuviera feliz así sin ver nunca más algo de él; los arrancó, los guardó en su cajón.
Pronto, no puedo contener la desesperación de saber que podía oírlo, y quitó sus orejas; fue peor ver sola una nariz en aquel rostro, y no dudo en extirparla. Después de un tiempo nada quedaba de lo que algún día fue su tierna compañera de intimidades, y temía abrir el cajón para no encontrarla desarmada.
Es verdad que los objetos no sienten, pero no hace falta decir que aquel objeto no era normal, quizás era algo mucho más que eso y no había querido darse cuenta, no se daba cuenta de cuánto lo quería y no cómo había destrozado su cuerpo, si no sus ilusiones.
Lo único que seguía presente día a día eran los ojos ya sin mirada. Hasta que ya no pudo más y abrió su cajón con la intención de reconstruirla; pero lo que ahí vio fue una muñeca ya reparada, con una expresión completamente horrorosa, algo así como maligna, debe haber sido por su sed de venganza.
Para su sorpresa, el par de ojos que jamás habían dejado de mirarlo se encontraban a su lado, con la vista fija. “¿Qué es lo que observan?” “¿Por qué no dejan de mirarme?”. No podía contener todo esto, no era normal lo que pasaba, pareciera como si se estuviera volviendo loco. Así debe haber sido, porque no lo pensó dos veces antes de busca desenfrenada mente un cuchillo. Si hubiesen sido ustedes quienes vieran esta escena, no se hubieran imaginado jamás el hecho que estaría por ocurrir. Parecía lunático viendo ese par de ojos, cuchillo en mano. Así se saco los suyos, mientras la sangre caída a gotones. Esta vez quería que tomaran lugar en el espacio que dejaba en su rostro, aquellos ojos artificiales y saber de una vez por todas que tanto observaban.
Que lamentable hecho, en realidad él era una buena persona, pero no se comportó como debía con su “amiga”; así quedó antes de morir, y ciego, pero la muñeca de trapo, ya había cobrado venganza.

La melodía de tu respiración
quiere que bailemos en el pasto,
quiere que pisemos el verde
fuego que canto.

Canto canciones de amor
hacia fuera de mi ventana
y pretende llegar de vuelta
queriendo ver mi sorpresa,
no sabe la tonta
nota de mi canción
que no me sorprende
que sola volvió.

Canta para mí
pecador sin perdón
las barbaridades que dice
tu pensamiento que calla.
Cántame canciones de amor al oído
que acaricien mi soledad,
llega de noche bailando
las notas d mi serenidad.

Si quieres hacemos el dúo
que cante despacio al alba
y despierte los sueños de la cuidad
si ninguna necesidad.

Cómo quieres que cante
canciones de amor,
con una lluvia de voces,
que me quieres callar.
No es la misma lluvia que cae
a veces por m ventana
y que me canta a gritos
alguna canción lejana.

Cantemos nuestra historia
con mucha vergüenza,
de tontos enamorados
que no sabían cantar.
Que desafinaban el canto
que recitaba el mar,
y rompían cristales
de su lejano hogar.

A veces queremos estar en algún otro lado que no sea esta asquerosa tierra que nos rodea, queremos volar lejos de aquí pero sin darnos cuenta tenemos el mas grande de los cielos azules esperando vernos libres en él y no podemos ir a su encuentro. Ahí seré libre, cuando el viento roze mi cara con tal suavidad que no exista barreras o límites lejanos que me hagan aterrizar jamás; no, no para volver a la puta rutina que nos consume, a volver a ser parte de un sistema que nos corta las alas, pero jamas lo lograran, porque cuando quieran hacerlo, estaré muy lejos volando; feliz.
Ahora logro entender a Ícaro, o a Alsino, pobres que dieron su vida para escapar de ésta y al fin ser libre como un ave.



Volar, gaviota de alas rotas
Miras el cielo infinito
Sueña linda paloma blanca
Es mucho mas que un instinto.

Libertad! Flotar como una pluma
Libre dejas pasar tus penas
Eres una feliz criatura
Que no tiene miedo en sus venas.
Aquella ave que mira el horizonte
Y siente la brisa fresca en sus mejillas
Que la alegría era siempre ella
Y la gente miraba con apatía.
Pobres eran lo que nunca entendieron
Se perdieron lo fascinante
Mientras ella se perdida en el océano.

Y voló sola incluso con sus alas rotas
Y canto felicidad hasta que más no pudo
Jamás callo de aquel sueño infinito
En alturas vivió la vida que tuvo.

No importa si sola a de morir
Menos vale que nadie la recuerde
En mi corazón se queda el ave que voló
Aquella que siempre en el cielo se pierde.
Se me confunde cada vez con las nubes
Y gira para contemplar su libertad
De nada dependía su hermosura
En alturas, allá en el cielo estaba su felicidad.

En noches de lejana y muda luna
Con la soledad hablo y te espero hasta que llegues,
Pero no llegas… pero no estas.
El impecable cuchillo permanece en su sitio
Con ganas de cobrar venganza…


Lagrimas? Aquellas muertas ya no mas
Impuros sentimientos del querer amar,
Tristes fantasías de necesidad.

Mientes! No miras mi ojos,
No acaricias mis manos ni besas mis besos

Piensa que soy débil porque me encuentro inerme,
Crees que me conoces sin saber quien soy.
No juegues maldito
Se fue la de antes, y quedo solo la de hoy.

Mañana no vendrás y lo sé
Mas ya no importa lo que hagas sino lo que haré
Sin avisar llegaré de pronto para observar tu figura
Para acabar contigo y matarte asesino
No tendré piedad, pobre de ti pequeña criatura.

Serás cenizas vagas como piedras del río abandonado por el mundo.
En el olvido de mis recuerdos solo quedarás,
Pero qué me importa, ya no estarás.
Reiré de miedo cuando sienta culpa
Y pisaré tu sangre con ganas de revivir tu dolor
Créeme, disfrutaré tu tortura.

Pisaré tu sangre matando tu veneno,
Triunfante y valiente gozaré el placer
Y vivir tranquila sin esperarte al fin
Con mi sonrisa ardiente quemaré tu triste padecer.

El último día que fuiste al triste local de comida rápida pareció que el mundo de a poco se destrozaba. Te vi caminar por el pasto con la cabeza gacha, sabía que esa sería la última vez pero no quize intentar detenerte para no arruinar la melodramática escena.
Recuerdo la priera vez que te vi en el mismo lugar, cuando después de 5 días te atrevista a hablarme, o recuerdo con claridad nuestra primer beso. Los momentos que pasamos no quieren desaparer de mi mente ni un segundo, como la primera vez que hicimos el amor en el cuarto oscuro de la mercadería.
Claro que hoy puedo entender todo mucho mejor, pero ese día lo único que podia era llorar. Después de jurarnos infinito amor durante hermosos y felices 21 meses, ambos sabíamos que cuando te fueras de Chile no tendríamos futuro alguno como pareja; yo estaba condenada a ese estúpido local de comida donde desnudamos nuestras almas sólo para amarnos.
Te vi desaparecer lentamente en el horizonte sin saber qué sería de mi vida sin ti. Mi padre, que nada sabía, ese mismo día celebraría la despedida de su hermano que se iva a probar suerte a Colombia.
Cuando dos primos se quieren como nosotros lo hacíamos, a veces el mundo no está preparado para una relación como tal. Me negué casi por dos años a visitarte en otro lugar que no fuera el local de nuestros sueños, porque no creía que otras paredes fueran capaces de guardar los secretos que nos pertenecían.
Ojala pienses aún en mí, y también que recuerdes esa última vez como el comienzo de nuestro verdadero y eterno amor, aquel que ni todos los kilmetros podrían acabar; si el mundo no esta preparado para esto, preparemonos para la muerte y así estar juntos al fin.
Aquí estaré esperádote por siempre, esperaré morir, por mientras me queda vivir extrañándote y viviré de tus recuerdos.-

Con el paso del tiempo
el crudo silencio llega hasta mí,
lento, a paso seguro me avisa
que pronto se acerca el fin.
Con el frío viento que roza mi cara
espero ver desaparecer el sol
y mientras otros mueren de hambre,
no escucho el sonido de mi voz.
Cuando se acerca el crepúsculo rompo en llanto
y las nubes me hacen llorar,
con el cielo rojizo en las pupilas
comenzaré otra vez a soñar.
Es hora de pensar en la muerte
y cuestionarme un y otra vez,
si volvré a ver esa luz
que esta tarde se hace desaparecer.
Mi sangre se evapora de día
y se mantiene en el cielo hasta que el crepúsculo
torna el cielo rojo y de pronto,
se lleve mis sueños y se haga oscuro;
mientras contemplo la luna callada
y me habla en su silencio,
siento arder mi corazón
y doy cuenta que aun lo llevo dentro.

Sin tiempo mis lamentos se unden,
en mi pecho se clavn espinas;
no podré yo llorar esta noche y que pena,
quiero gritar esta noche de tormentas.
No te escucho y sé donde estas,
sé que estas perdido,
encuentra mi rumbo porque somos dos
los seres perdidos por el mundo.
Sique mis lagrimas que tardan en secar
y encuentra mi alma antes de que muera;
siente mis besos sin pensar en otra
y ama a mi corazón porque es sólo tuyo
que sin saberlo tu nombre siempre tuvo.
No te pierdas en el camino como yo lo hize
que no quiero que sufras, mi vida,
ámame, sígueme en el alba
y sal de mis sueños cuando despierte en mi cama.
Mírame a los ojos llenos de lágrimas,
quédate conmigo juntos abrazados
y el mundo podrá saber o quizas no entender
que al fin están juntos los amados.

Si queremos el movimiento que mueva al pueblo que hoy demuestra no estar dormido, entonces preparemonos para la revolución. Queremos ver que la multitud conciente con su puño bien alto gritando libertad, con ese sol sobre sus cabezas, o quizas el suelo directamente bajo sus pies, pero con ganas de luchary ese espiritu convatiente que le recuerda al planeta que siguen en pie.
Me veré como una mas entre ellos, pero nadie sabrá que fui partícipe incondicionalmente y desde pequeña del movimientos que liberará nuestro pasado, presente y futuro. Quiero ver a todos aquellos que intentaron undirnos, quiero ver como el pueblo pisa su sangre. Ya no existe la autoridad ladrona que se roba nuestras vidas, ni un solo mentiroso apuntandoos con un arma dejándonos entre la espada y la pared.
Así estaremos con la frente en alto y llena de sudor que cae como gotas de sangre sobre el pavimento. Somos mas y aquí estamos para demostrarlo; ojala que las minorías, desde donde estén, puedan ver mi sonrisa, ojala los tuviera en frente para gritarles por última vez, que el que ríe último, ríe mejor.