Misterios de día a día

20:03 Edit This 1 Comment »
Hay un sol que cada mañana tema alumbrar,
hay una copa que no quiere ser brindada sino a la tierra,
hay también una mancha de sangre que espera ser descubierta
y un hombre en una cárcel gritando de pena.

Nadie a reconocido la sombre,
hablando de la vida con certeza.
Las nubes siguen recorriendo el mundo vigilando los sueños,
los mismos sueños.
No ha podido llegar el mar a la cordillera
y comentar de una vez por todas la verdad
que el animal montado en sus dos patas traseras
se niega a observar.

Más valen mis penas, dicen,
pero la convicción se les a ido de las palabras.

Más vale mi dolor, mi maldita soledad,
mi fracaso y mi sufrimiento,
dijo él antes de morir.

Aquí nadie vive, aquí nadie muere,
y lo peor de todo es que cada uno lucha por sobrevivir.

El sol desaparece cabizbajo
mirando tristemente a la luna
que se aburre de dirigir su habitual espectáculo
ante millones de ciegos.

Quizá la vida esté esperando diariamente
impaciente en el clóset,
cuando el hombre deje de creer que un dios lo salvará
y comience a creer en el mismo;
cuando despierte un día alegre,
después de haber soñado
y por fin haberle cerrado los ojos
al cadáver de la muerte.

De pololiar

19:16 Edit This 1 Comment »
Ya no comprendo porqué ellos se desgastan con todo eso de "pololiar", como lo llama. ¿alguien ha pensado qué significa esa palabra? Sinceramente creo que aquel término lo inventó una persona muy insegura que necesitaba un nombre que lo comprometira por obligación a la "otra persona" a querese, y así encontrar su propia estabilidad.
Es increíble lo absurdo que resulta si lo analizamos bien. El hecho de asumir un compromiso implica tener cierta autoridad sobre el otro, derechos que reclamar, reglas que cumplir. En este caso, el individuo se transforma en un objeto que pertenece a alguien. Se prohíbe la libertad absoluta y se someten a las reglas generales que debe poseer un buen poloeo. Celebrar el llamado "cumplemes" (como si ese día hubiese nacido justo por casualidad el amor), pasar el 14 de febrero obligatoriamente juntos (qué importa que nadie sepa qué pasó ese día), verse estríctamente cierta cantidad de veces a la semana, llamar rutinariamente "mi amor" a la pareja, respetar invictamente la ausencia del otro (quedan prohibidos los abrazos, besos, cariños, contactos, o trato demasiado cariñoso con personas del sexo opuesto). En un pololeo CORRECTO, los involucrados pierden su intimidad personal, el derecho a la soledad y a tener secretos.

Definitivamente, no comprendo porqué ellos se desgastan tanto buscando pololo/a y todo aquello que implica dejar de ser libres. ¿Libertad? nada vale más que eso.
Yo no digo que no debemos enamorarnos (y me incluyo), ni dejar de compartir en pareja, sólo tengo algo en contra de ese término estandarizado que se le da al "pololeo", porque o sino, el compromiso no vale. ¿Saben? creo que lo único que realmente vale es que las personas se quieran. A veces podríamos ser más locos e inventar nuevas formas para amar, podríamos utilizar la realidad de ser individuos libres y actuar como tales para ponernos a imaginar nuevos mundos en pareja, sin necesidad de "pololiar" y que todo el mundo reconozca un compromiso; basta con sentirlo y vivirlo.

Sin embargo, ellos están preocupados de pololiar, y quizá me cueste mucho encontrar a la persona que quiera inventar una nueva forma de querenos y compartir nuestras vidas. No me importa, de todas maneras no estoy buscando, simplemente estoy y me siento viva.

Epifanía

18:26 Edit This 0 Comments »

Tú eres el culpable,
yo no te invité a pasar en media noche,
cuando inesperadamente abriste mis puertas.

Me miraste conmovido
y no me importó mi desnudés;
tan solo tus grandes ojos hablaron
sorprendidos, fijos, profundos.

No me molesté en reaccionar,
eres tú quien creó un mentiroso compromiso;
la luna te advirtió mantener distancia
pero ya vez que no te pertenezco.

Quizá por mis muslos suban arañas
y que te asustes depronto,
pero verdaderamente eres un ignorante,
cada uno tiene derecho a su intimidad.

Bienvenido a la mía.