Lluvia

15:44 Edit This 0 Comments »

Como la lluvia que riega todos lo campos, he aquí el momento en el que el aire se vuelve transparente y declara la guerra entre el cielo y la tierra. Como un día de lluvia llegó la batalla, y nadie quere salir al combate; todos prefieren no lavarse la cara del humillado maquillaje brulón; detrás del anhelado paraguas, que sin parar corta los gritos que caen sobre los rostros para decirle al mundo qué esconden esos ojos, que simulan apatía a los océanos evaporados, como los mares de lágrimas. La lluvia que cae como espanto entre la multitud desdichada, que nadie sale, y a esconderse en sus hogares.
Hoy llegó un día de lluvia pero no a tocar nuestra puerta, si no más bien nuestro techo, desea comprobar si queremos abriles y limpiar la mente.
Maldito día de lluvia, que nadie lo llamó, y desnudos lo resivimos, como si un resfrío al cuerpo pudiera enfermar más que el acumulo de una vista cegada.
¡Alerta! que el cielo llora para todos, y sus lágrimas nos declaran la guerra. Como si pudieran evitarlo, todos corren a buscar techo, el escudo perfecto, a la sangre del cielo.

Llueve
Llueve

¿hay cómo las gotas de lluvia en la cara?
yo diría que la música de la lluvia podría enbriagarnos a todos si supiéramos escucharla.
Estoy borracha.

De todas maneras nada se compara al arcoiris que asoma temeroso a la vista de todos; después de la lluvia, todos salen satisfechos creyendo que han ganado la batalla, pero de la cara caen a pedazos las evidencias de la derrota, y con sus sonrisas irónicas vuelven a la rutina, de todo, de lo mismo y de nada, a la calle la gente, despreocupada.
No importa, callado mira el aroiris detrás del cielo, y se aleja con su usual risa dejando quizá rastros de su triunfante alegría.

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