QueMilesDeFloresAlcancenPlenitud

A ver qué hay detrás de esa ventana allá afuera. Abúrrete de ese vaivén de la silla, ese qué hacer cuando por ejercitar un poco los pies podrías alcanzar otra realidad que no deja afuera tu libertad; entonces te paras de pronto y observas sólo un poco más allá de tu escritorio, quizá quieras mirar por tu ventana, y dirás "claro que no". Las calles están esperándote, el barro espera húmedo el rozar de tus zapatos, el manchar tu camisa blanca; puedes ver el cielo, el mismo que quiere ser tu mejor paisaje, tu paisaje de vida, y de muerte.
Ahora junta tus manos para que puedan conocerse, saluda hacia fuera no con importancia si no con interés, querrás salir y correr; sal y corre.
Te estamos esperando.
Aún cuando te sientas dormido puedes despertar y vernos; no te digo que no siempre saltamos pero al menos disfrutamos un poco el pasto, al menos el sol no nos mira con lástima como a los de la esquina, en cambio a ti no puede verte. Te escondes bajo un techo que no te protege, más bien te aleja de lo que es la vida, y tus paredes te encierran dentro de un cuarto oscuro donde no corres peligro, pero ya sabes que no eres feliz.
Si a pesar de todo no te gusta saber que en el invierno puedes mojarte aquí afuera, te advierto que no podrás volver tu guarida, ¿sabes por qué? porque no querrás hacerlo, es preferible sudar la gota gorda y que choque con esa de lluvia que juntas hacen el complemento perfecto, mucho mejor que la sangre o el vino que saboreas en tu copa.
Ahora que es primavera te invito, puedes ponerte de pie desde tu sillón ahora, mañana te pararás del suelo, con las rodillas ensangrentadas y me agradecerás que no te dejé solo, que te invité e hice para ti de las calles tu mejor casa, con la mejor familia; seamos compañeros.
Estas a tiempo de ponerte de pie, te estamos esperando.