Un hombre y una mujer se miran, intentan disimularlo, pero es evidente la atracción que entre miradas delatan. Un hombre y una mujer, se rozan la virgen piel escondida que una prenda de vestir amenazada de muerte su misión debe cumplir.
Príncipe y princesa, tan temerosos conocen la piel que tantas veces soñaron. Entre piernas alertas los cuerpos encendidos de amor, hombre y mujer se unieron en plena comunión.
Un hombre y una mujer iguales al resto no se miran a los ojos, ¿qué hacéis cautelosa dama con qué varón avergonzado?
Ustedes, que debajo de una sábana encienden un cigarro que envenena de amor el altercado. Claro, son amantes del olvido y sin recordar o no tanto, al final de la noche corren desamparados.
Un hombre y una mujer con sus cuerpos desvirginados se rozan en la calle; disculpe tendré más cuidado.
Pensé llamarte, buscarte, escribirte. Prometí que no haría nada por evitar que día a día me odies con más ganas, pero no logro mantener la calma en circunstancias como esta, cuando todo me habla de ti, cuando te busco discretamente para que no lo sepas. A veces te imagino perdido, y ojalá no lo estés; otras veces te veo sentado en la luna, colgado del cielo, cantando algún verso escondido. Pero qué sabré yo, aquí tan lejos mientras que el tiempo te hace cambiar y ya no sé quién eres. ¿quienes somos?, ¿quienes fuimos?, ¿que importa ahora?; los mismos árboles que alguna vez nos vieron reír, hoy me preguntan por ti, las mismas flores que algún día no estarán; ¿y quién vendrá para recordarme cuánto te amé? tu fragancia se me confunde con el viento, y en otoño las ojas se desprenden para caer en el suelo olvidadas con el tiempo. Mi intuición salta de ilusión en inquetud, de inquetud en interrogante. Me pregunto hasta qué extremo puedo llegar a extrañarte, a necesitar una risa tuya. ¿Qué estoy haciendo? no quiero que caigas en algún profundo precipicio más ondo del que alguna vez te arrojé. Debería gritarte que por favor no me llames más, y por favor no lo hagas. Ódiame. Nuestra despedida sin adiós con el tiempo se hace mas profunda, pero como si el mundo girara caemos en la ridiculez de coincidir en tiempo, y ojalá en espacio. Pero no puedo ir a tu encuentro, y lo siento si esperaste más, pero mi labor ahora es desepcionarte; hacer que lazos indestructibles se transformen al menos. Aquí estaré siempre, y rechazo una caricia tuya que desde lejos me busca, no gastemos ganas que podríamos compartir con gente que de verdad vale la pena. Ya nada vale la pena, ni el color del cristal con que se mira.
Lautaro gritó a Caupolicán: “¿listo para la batalla?”, y el toqui respondió: “Listo; las familias se organizan con los loncos a la cabeza y las machis alertas”. Por la costa las balsas replegaban el mar y tranquilos se mantenían en guardia. El sol apareció entre las montañas, donde los gallos cantaban como nunca. De pronto, desde el norte se escuchó un rugido más fuerte que el de un león. Comenzó el combate; los indios corriendo con sus puños en alto, batallaron hasta la muerte.
(texto entregado por Mariel para el concurso colo colo en 84 palabras. Abril 2009)
Te escondes detrás de una piedra o la piel morena que decora tus manos que también son mías. Tu piel que protege la sonrisa tuya que tan afortunada me hace. Pero en fin te escondes de mi socorro cuando intento socorrer tu alma e invitas a mi cuerpo a ser parte del tuyo, pero entre sábanas aún te escondes y me quieres esconder contigo.
Pero ¿qué fue de todo lo que tenía para ti? te columpias de mis ilusiones que guardo en silencio, nuestro silencio. Pero ¿quieres escuchar lo que tengo que decirte? te escondes de tus propios sueños para no debilitarte, pero me debilitas.
Te escondes, detrás de una caricia que me hace volar o una sonrisa que quisiera guardar. Te escondes.
Como si no supiera lo que quieres decirme y aún así no lo sé, pero quiero que me ames como me gusta y no sé si me amas como sólo tú sabes amar.
Pero aunque te escondas puedo encontrarte, debajo de una luna llena que te mira. O le pregunto al viento que tanto te conoce ¿dónde estas escondido para ir y abrazarte?
Es hora de comenzar a ser nosotros, saltarnos el límite que nos designa el extraño y aferrarnos a la idea de caminar por un sendero que nos lleva a la plenitud de nuestro ser; de nuestro querer ser alguien diferente, de no sentirse parte del resto, sino de un espejo autocrítico que señala virtudes y defectos en el mundo real que con nuestras manos construimos. Es tiempo de dejar salir a nuestra alma a través de nuestro cuerpo, mas que una imagen, una persona que el mundo necesita conocer para deleitarse con las cualidades únicas que cada persona tiene como gran especialidad. Privar al resto de nuestro verdadero ser que llevamos dentro es el acto egoísta que conlleva la inseguridad, el miedo a mostrar lo diferente que podemos ser, lo maravilloso que escondemos debajo la piel. Cada gloria necesita un previo error, como qué sería del levantarse sin haberse caído una vez antes; el verdadero conflicto se genera cuando de tanto correr se nos agotan los pasos, entonces agotado de tanto caminar en círculo queremos caer exhaustos. El verdadero sentido del andar, espera por nosotros en cada milímetro que avanzamos, no hacia el mismo sitio, sino hacia un horizonte que no logramos percibir, cuando inagotablemente seguimos el infinito que nunca saciará nuestra sed con suficiente alegría, ni con suficiente amor. Pero ¿qué pasa cuando nos vemos solos ante el abismo? el escoger a una persona cuando sentimos que más la requerimos no lleva a buenos resultados; el que busca desesperadamente no encuentra lo que necesita. Disfrutar de cada momento y sonreír, cuando de pronto sin darte miras a un lado y ahí está, ahí junto a ti, caminado hacia un mismo destino, afirmándote en cada paso, afirmándolo en cada paso. Conjuntamente, podemos decir, que dentro de nuestra soledad siempre estuvo presente una compañía que silenciosamente nos gritaba que nos levantáramos, que siguiéramos, era ella la que nos creaba la ilusión de que más adelante estaría esperándonos, jugando alegremente con nuestros sueños.
Ahí vas: a mi lado, en mi soledad y en mi silencio, colgado de mis ilusiones que también son tuyas, en la plenitud de nosotros mismos sin piel y sin espejo, sin prejuicios y sin vanidades. No sabemos si la eternidad nos pertenece, pero caminamos hacia ella con las ganas de saber que somos uno. Es hora de mirarnos a los ojos, pero será mejor mañana, cuando tengamos que mirarnos las almas.
Podemos describir la Literatura como el arte que se utiliza de manera oral o escrita. Debemos recrordar que los literatos no dejan de ser artistas. Detrás de un mundo de palabras pueden esconderse emociones y sentimmientos que dan a interpretar dentro de los corazones. Cada persona tiene un medio por el cual sabe expresarse, por esto solímos escondernos o hacernos transparentes detrás de nuestro querido medio. La literatura es la conección que se da explucivamente entre escritor e interprete, por ello, querido lector, bienvenidos a descubrir qué hay dentro de su propia imaginación y mi forma de ordenar las letras.